Quedaron como testigos de una de las épocas doradas de la ciudad de Granada. Hoy siguen recordándonos parte de la historia que aún perdura pese a los años pasados, ancladas en las murallas defensivas, o simplemente como ornamentación. Desde las puertas musulmanas, hasta las más contemporáneas; desde las más sencillas como la puerta de la Fajalauza, hasta la más majestuosas como la puerta de la Justicia. En esta ruta recorreremos las puertas que aún siguen en pie, ya sean las del Albayzin o las de la Alhambra. Podremos pasar por sus arcos y trasportarnos siglos atrás en un viaje en el tiempo, disfrutando de estas maravillas arquitectónicas que conviven en simbiosis con el paisaje urbano de la cuidad de Granada..
Nuestra ruta comienza en la plaza del triunfo, donde se encuentra la puerta de Elvira, donde se alza entre viviendas modernas para darnos la bienvenida al barrio del Albayzin, concretamente su acceso a la calle Elvira, que épocas atrás era considera una calle principal hasta la apertura de la gran vía. Enclavada en la muralla zirí, limitaba con la puerta de monaita al norte y con la puerta del sulfuro de antimonio por el sur (en la actualidad desaparecida). Al principio, este enclave contaba con dos puertas, por la que acontecía el flujo del comercio, ya que servía como zona aduanera. También tenía uso militar, de hecho así costa por sus cuatro torres. Su codo hacia la derecha así lo consta, pues servía para que los ejércitos tuvieran que replegarse. Con los años, la puerta fue cayendo en decadencia, perdiéndose parte de ella. Por suerte en los últimos años ha habido un esfuerzo para la conservación de este punto único en granada.
Siguiendo la muralla zirí, subiendo por la cuesta de la Alhacaba, llegamos a plaza Larga, donde en una de sus esquinas nos espera la siguiente puerta: La puerta de las pesas. Posiblemente sea una de las puertas más celebres del Albayzin y de contante tráfico de turistas a través de su pasadizo en forma de codo. Su nombre es debido por las pesas que aún cuelgan en esta puerta. Estas pesas fueron requisadas por las autoridades porque estaban trucadas por los comerciantes (carniceros, tenderos…). También era común colgar en la puerta las manos de los ladrones a modo de ver la justicia del rey. Al igual que las otras puertas que se adhieren a la muralla zirí, la puerta realiza en su pasillo interno un codo a modo defensivo, el cual comunica a la plaza de las minas.
Volvemos sobre nuestros pasos para subir por la calle del agua, buscando san Gregorio Alto hasta la calle cruz de piedra, lugar donde podemos ver otra esplendida puerta: la puerta de Fajalauza.
Esta puerta daba acceso a la parte alta del Albayzin, comunicando este con el barrio de los alfareros, de ahí el nombre que adquiere hoy la famosa fábrica de cerámica. Esta puerta estaba enclavada en la muralla alta, comunicando con la torre del aceituno y la puerta de san Lorenzo.
Históricamente fue el lugar por donde entró Boabdil en 1486, tras ser liberado por los Reyes Católicos, para recuperar el trono que había usurpado su tío el Zagal. En la sublevación morisca de 1568 fue uno de los lugares previstos para el inicio de la revuelta.
Desde esta puerta, nos dirigimos a la mencionada anteriormente puerta de San Lorenzo, situado a espaldas de la iglesia de san Cristóbal, en el paseo habilitado hace poco por el ayuntamiento en el que se puede disfrutar de los restos de la muralla. Esta puerta servía de unión entre el barrio alto de san Cristóbal, con el camino de San Antonio, Se cree que fue construida para corregir un fallo en la trama defensiva, al no existir un paso en la muralla en algo más de 1,5 kilómetros, entre la puerta de Fajalauza y la de Elvira. Tras su redescubrimiento hace pocos años, se ha podido restaurar para su disfrute junto al paseo de los cármenes de Atarazana.
Tras contemplar este precioso paraje del alto Albayzin, volvemos a sus calles, atravesando de nuevo el arco de las pesas, para subir por el callejón de san Cecilio. Hay que estar atentos pues esta puerta no es parecida a las vista hasta ahora. Se trata de la puerta de San Hernán Román es la más antigua del recinto estando unida a la historia de la construcción de la propia Alcazaba Qadima. Se utilizaba como vía d acceso hasta que se abrió la puerta de las pesas, por lo que dejo de usarse. Hoy en día su interior pertenece a un domicilio particular. Como curiosidad cabe destacar una parte del pasadizo se aprovechó en 1752 para la construcción de una ermita dedicada a San Cecilio, patrono de la ciudad de Granada, ya que es en este lugar donde se tiene la creencia de que estuvo encerrado en el calabozo San Cecilio antes de su martirio en el Sacromonte.
Ponemos rumbo al rio Darro, atravesando el barrio del Albayzin, el cual recomiendo recorrerlo por todos sus puntos importantes para disfrutar de él antes de abandonarlo en esta ruta. La siguiente puerta que veremos está situada en el margen izquierdo del rio Darro, un poco más debajo de la iglesia de San Pedro y San Pablo, bajo los semblantes de la Alhambra..
Hasta aquí hemos visitado las puertas que acontecen en el barrio del Albayzin. Toca ahora visitar otras puertas distintas a la de ahora que se encuentra en el otro lado del Darro. La Alhambra nos aguarda con sus puertas perdidas en sus bosques o en la muralla. ..
Obra de Pedro Machuca mandada a construir para el emperador Carlos V, esta puerta de piedra debe su nombre a las tres granadas que se pueden ver en su frontón. Esta puerta consta de tres arcos, siendo el central el de mayor amplitud. La puerta esta ensamblada a la muralla defensiva que disponía la Alhambra y los cuales aun se pueden ver sus restos.
Es una puerta plagada de símbolos de los que destaca la mano y la llave. La mano simboliza el poder y los cinco prefectos de la ley musulmana, y la llave es un símbolo de fe musulmana, pues esta llave es la que abre y cierra las puertas del cielo. Ningún enemigo podía entrar en la Alhambra sin que la mano agarre la llave. Sobre la puerta interior se puede apreciar una figura dela virgen con el niño Jesús representando la época cristiana que hubo en la Alhambra posteriormente.
Siguiendo el camino que conduce la salida de la puerta de la Justicia, llegamos a la siguiente puerta dentro del recinto Alhambreño. La Puerta del Vino, llamada de tal manera debido a que los vecinos de la Alhambra depositaban en esta puerta el vino que consumían y que estaba exento de impuestos.
Abandonaremos la Alhambra a través de otra de sus puertas, quizá la menos llamativa. Es la puerta de los carros. Esta puerta se abrió en la muralla a comienzos del sigloXVI para poder acceder con los carros que traían los sillares de Carlos V. Hoy su uso es similar, ya que es la vía de acceso de vehículos al recinto Alhambreño.
Acabaremos esta ruta visitando la última puerta que se encuentra en ente recinto, si bien antes decir que no debería ni siquiera encontrase en este lugar. Al igual que paso con mucho otras construcciones históricas de Granada, por necesidad de espacio, higiene o modernismo urbano, el ayuntamiento quiso desprenderse de esta bella obra, desmontándola en piezas como si de un juguete de los actuales legos se tratase y encerrándolas en el museo para su casi olvido.
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