viernes, 12 de septiembre de 2014

LAS PUERTAS DE LA CIUDAD DE GRANADA

Quedaron como testigos de una de las épocas doradas de la ciudad de Granada. Hoy siguen recordándonos parte de la historia que aún perdura pese a los años pasados, ancladas en las murallas defensivas, o simplemente como ornamentación. Desde las puertas musulmanas, hasta las más contemporáneas; desde las más sencillas como la puerta de la Fajalauza, hasta la más majestuosas como la puerta de la Justicia. En esta ruta recorreremos las puertas que aún siguen en pie, ya sean las del Albayzin o las de la Alhambra. Podremos pasar por sus arcos y trasportarnos siglos atrás en un viaje en el tiempo, disfrutando de estas maravillas arquitectónicas que conviven en simbiosis con el paisaje urbano de la cuidad de Granada..
Nuestra ruta comienza en la plaza del triunfo, donde se encuentra la puerta de Elvira, donde se alza entre viviendas modernas para darnos la bienvenida al barrio del Albayzin, concretamente su acceso a la calle Elvira, que épocas atrás era considera una calle principal hasta la apertura de la gran vía. Enclavada en la muralla zirí, limitaba con la puerta de monaita al norte y con la puerta del sulfuro de antimonio por el sur (en la actualidad desaparecida). Al principio, este enclave contaba con dos puertas, por la que acontecía el flujo del comercio, ya que servía como zona aduanera. También tenía uso militar, de hecho así costa por sus cuatro torres. Su codo hacia la derecha así lo consta, pues servía para que los ejércitos tuvieran que replegarse. Con los años, la puerta fue cayendo en decadencia, perdiéndose parte de ella. Por suerte en los últimos años ha habido un esfuerzo para la conservación de este punto único en granada.

Si nos vamos hacia atrás, donde la plaza del triunfo confluye con la calle Tinajilla y Emilio Orozco y levantamos la vista por encima de la puerta de Elvira, podemos identificar nuestra siguiente parada: la Puerta de Monaita. Tiempos atrás estas dos puertas estaban unidas por la muralla Zirí, el cual por desgracia se ha perdido ese tramo por necesidades de espacio para los habitantes del Albayzin. Para acceder a ella, tenemos que subir la cuesta de la Alhacaba, hasta el carril de la Lona, donde se puede contemplarla desde más cerca o incluso subir a ella por sus escalonadas rampas. En esta misma calle, se pueden ver los restos de otra antigua puerta desaparecida: la puerta del León. La puerta de Monaita es considerado uno de los puntos de acceso más importantes de la alcazaba qadima. Su puerta de madera rojiza escondida entre sus torres defensivas hace un conjunto de verdadero valor. Por esta puerta accedía la guaria que recorría la muralla zirí, teniendo aparte otro acceso hacia el interior de la ciudad. Hace pocos años que esa puerta ha sido declarada monumento histórico artístico nacional, siendo restaurada para su disfrute.


Siguiendo la muralla zirí, subiendo por la cuesta de la Alhacaba, llegamos a plaza Larga, donde en una de sus esquinas nos espera la siguiente puerta: La puerta de las pesas. Posiblemente sea una de las puertas más celebres del Albayzin y de contante tráfico de turistas a través de su pasadizo en forma de codo. Su nombre es debido por las pesas que aún cuelgan en esta puerta. Estas pesas fueron requisadas por las autoridades porque estaban trucadas por los comerciantes (carniceros, tenderos…). También era común colgar en la puerta las manos de los ladrones a modo de ver la justicia del rey. Al igual que las otras puertas que se adhieren a la muralla zirí, la puerta realiza en su pasillo interno un codo a modo defensivo, el cual comunica a la plaza de las minas.

Volvemos sobre nuestros pasos para subir por la calle del agua, buscando san Gregorio Alto hasta la calle cruz de piedra, lugar donde podemos ver otra esplendida puerta: la puerta de Fajalauza.
Esta puerta daba acceso a la parte alta del Albayzin, comunicando este con el barrio de los alfareros, de ahí el nombre que adquiere hoy la famosa fábrica de cerámica. Esta puerta estaba enclavada en la muralla alta, comunicando con la torre del aceituno y la puerta de san Lorenzo.
Históricamente fue el lugar por donde entró Boabdil en 1486, tras ser liberado por los Reyes Católicos, para recuperar el trono que había usurpado su tío el Zagal. En la sublevación morisca de 1568 fue uno de los lugares previstos para el inicio de la revuelta.



Desde esta puerta, nos dirigimos a la mencionada anteriormente puerta de San Lorenzo, situado a espaldas de la iglesia de san Cristóbal, en el paseo habilitado hace poco por el ayuntamiento en el que se puede disfrutar de los restos de la muralla. Esta puerta servía de unión entre el barrio alto de san Cristóbal, con el camino de San Antonio, Se cree que fue construida para corregir un fallo en la trama defensiva, al no existir un paso en la muralla en algo más de 1,5 kilómetros, entre la puerta de Fajalauza y la de Elvira. Tras su redescubrimiento hace pocos años, se ha podido restaurar para su disfrute junto al paseo de los cármenes de Atarazana.
Tras contemplar este precioso paraje del alto Albayzin, volvemos a sus calles, atravesando de nuevo el arco de las pesas, para subir por el callejón de san Cecilio. Hay que estar atentos pues esta puerta no es parecida a las vista hasta ahora. Se trata de la puerta de San Hernán Román es la más antigua del recinto estando unida a la historia de la construcción de la propia Alcazaba Qadima. Se utilizaba como vía d acceso hasta que se abrió la puerta de las pesas, por lo que dejo de usarse. Hoy en día su interior pertenece a un domicilio particular. Como curiosidad cabe destacar una parte del pasadizo se aprovechó en 1752 para la construcción de una ermita dedicada a San Cecilio, patrono de la ciudad de Granada, ya que es en este lugar donde se tiene la creencia de que estuvo encerrado en el calabozo San Cecilio antes de su martirio en el Sacromonte.


Ponemos rumbo al rio Darro, atravesando el barrio del Albayzin, el cual recomiendo recorrerlo por todos sus puntos importantes para disfrutar de él antes de abandonarlo en esta ruta. La siguiente puerta que veremos está situada en el margen izquierdo del rio Darro, un poco más debajo de la iglesia de San Pedro y San Pablo, bajo los semblantes de la Alhambra..
Allí se encuentra los restos de la puerta de los tableros, solo su parte izquierda. SI por primera vez ves estos restos, puedes pensar que se trata de un puente antiguo o restos de una antigua vivienda. Pero si se mira atentamente, se puede ver el arco de herradura que existió en época anterior ..
Este arco, unía dos torres ya despedidas que a modo defensivo, unía la Alambra con la muralla del Albayzin que discurría en la cercana calle de San Juan de los Reyes. Esta puerta también se conoce como la de Guadix Bajo y servía, a parte de defensa, como recolector del agua que traía el Darro para sus usos de los vecinos del Albayzin. Hoy sus restos reposan para conformar un paisaje único en la catalogada mejor calle de Europa, la carrera del Darro.
Hasta aquí hemos visitado las puertas que acontecen en el barrio del Albayzin. Toca ahora visitar otras puertas distintas a la de ahora que se encuentra en el otro lado del Darro. La Alhambra nos aguarda con sus puertas perdidas en sus bosques o en la muralla. ..
Subimos a la Alhambra por la cuesta de Gomerez, donde después de la agotadora subida (se recomienda tomarla con filosofía), nos encontramos la puerta de las Granadas. Esta puerta de estilo renacentista traslada al visitante a otro espacio distinto. Sirve como frontera entre el paisaje modernista y urbano de Granada, a otro bien distinto, donde son los bosques, el agua, la piedra, las torres s y muralla sus elementos. Nos encontramos en la Alhambra, y a puerta de las Granadas hace las funciones de embajadora.
Obra de Pedro Machuca mandada a construir para el emperador Carlos V, esta puerta de piedra debe su nombre a las tres granadas que se pueden ver en su frontón. Esta puerta consta de tres arcos, siendo el central el de mayor amplitud. La puerta esta ensamblada a la muralla defensiva que disponía la Alhambra y los cuales aun se pueden ver sus restos.




Pasamos por su arco izquierdo que da acceso al paseo de la Alhambra y nos dejaremos llevar por su aroma, su aire fresco y el sonido de agua que recorre por sus dos canalillos. Subiremos por sus empedradas calles siguiendo el camino de la muralla defensiva, donde sus torres nos estarán vigilando. ..
Pronto el camino se abre en una plazoleta donde se sitúa el magnifico pilar de Carlo V. Pero no es ahí donde nos detendremos esta vez. Nuestra atención se centrará justamente a espaldas de este pilar. ..
La puerta de la Justicia, la puerta grande de la Alhambra, por la que miles de visitantes traspasan sus puertas para entrar dentro de la ciudad. Esta puerta fue mandada a construir por Yusuf I. Consta de un arco grande en cuyo interior alberga otro arco mas pequeño que constituye la entrada. ..
Su pasadizo es, como igual ocurre con las puertas de las murallas del Albayzin, de doble codo, realizando un zigzag hacia la derecha y otro a la izquierda a modo de defensa.
Es una puerta plagada de símbolos de los que destaca la mano y la llave. La mano simboliza el poder y los cinco prefectos de la ley musulmana, y la llave es un símbolo de fe musulmana, pues esta llave es la que abre y cierra las puertas del cielo. Ningún enemigo podía entrar en la Alhambra sin que la mano agarre la llave. Sobre la puerta interior se puede apreciar una figura dela virgen con el niño Jesús representando la época cristiana que hubo en la Alhambra posteriormente.


Su recorrido interno también tiene bastante interés, como son sus techos o el retablo construido por Diego Navas en 1588, justamente casi a la salida de esta puerta, donde nos encontramos con otro arco de singular belleza, adornado con relieves de motivos vegetales.

Siguiendo el camino que conduce la salida de la puerta de la Justicia, llegamos a la siguiente puerta dentro del recinto Alhambreño. La Puerta del Vino, llamada de tal manera debido a que los vecinos de la Alhambra depositaban en esta puerta el vino que consumían y que estaba exento de impuestos.
Al igual que ocurre con la puerta de la justicia, nos encontramos que en su dintel aparece un símbolo, una llave con un cordón, y un tablero de escayola que reza: «Gloria a nuestro Señor el Sultan Abu 'Abd Allah al-Gani Billah» Posee esta fachada un balcón gemelo, al igual que la fachada posterior, de más moderna construcción en que otra inscripción reza «Sólo Dios es vencedor» junto al escudo de los reyes nazaríes...
Esta puerta también es muy concurrida ya que comunica la parte de la Alcazaba con el resto de la Alhambra.


El recinto de la Alhambra cuenta con varias puertas mas como son la puerta de los siete suelos reconstruida en 1812 gracias a un grabado de suma importancia; la puerta de las armas que daba a extramuros de la Alhambra o la puerta del Arrabal, junto a la torre de los picos que comunicaba con el Generalife.
Abandonaremos la Alhambra a través de otra de sus puertas, quizá la menos llamativa. Es la puerta de los carros. Esta puerta se abrió en la muralla a comienzos del sigloXVI para poder acceder con los carros que traían los sillares de Carlos V. Hoy su uso es similar, ya que es la vía de acceso de vehículos al recinto Alhambreño.

Acabaremos esta ruta visitando la última puerta que se encuentra en ente recinto, si bien antes decir que no debería ni siquiera encontrase en este lugar. Al igual que paso con mucho otras construcciones históricas de Granada, por necesidad de espacio, higiene o modernismo urbano, el ayuntamiento quiso desprenderse de esta bella obra, desmontándola en piezas como si de un juguete de los actuales legos se tratase y encerrándolas en el museo para su casi olvido.
Por suerte con los años se puedo recuperar para disfrute de los granadinos y sus visitantes. Es la puerta de Bib-Rambla. Hoy sus restos reposan en un lugar lleno de historia como es la propia puerta en sí. Ante esta puerta ponemos punto final a esta ruta, dispuestos a pasar por sus arcos durante mucho tiempo.
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PODEIS DESCARGAR LA RUTA COMPLETA EN EL SIGUIENTE ENLACE PDF: LAS PUERTAS DE LA CIUDAD

lunes, 1 de septiembre de 2014

POR LOS ALJIBES DEL ALBAYZIN

Nuestra segunda ruta será un agradable paseo por el histórico barrio del Albayzín, en concreto nos centraremos en unas de las construcciones más importantes de Granada como son los aljibes que se reparten por todo el barrio. El agua en granada es considerada un tesoro muy preciado desde siglos atrás. Ya sea por sus calles, jardines, fuentes, ríos…. No se entiende Granada sin su agua. En cualquier rincón se escucha su canción. Y por ello uno de los símbolos significativos de arquitectura relacionados con el agua son los aljibes. Estos depósitos estaban destinados a recoger y almacenar el agua ya sea obtenida de la lluvia o venida desde fuente grande, por la acequia de Aynadamar, que surtía los aljibes del Albayzin. Dentro de los aljibes, el agua se almacenaba y se refrigeraba para satisfacer la demanda de agua de los habitantes del barrio, (función que realizaban los aljibes públicos), o bien de viviendas particulares. En la actualidad, y gracias a la intervención del ayuntamiento y otras fundaciones, se han podido recuperar estos aljibes públicos deteriorados por el paso del tiempo, volviéndolos a integrarlos en el barrio, y que no pasan desapercibidos a la vista de quienes recorren sus calles. En esta ruta, vamos a visitar los aljibes que han quedado a la vista del público, pues existen otros que están en viviendas particulares, y por ello no entran en esta ruta. Nos centraremos en los aljibes del Albayzín, dejando a un lado otros aljibes que están fueran del barrio como los de la catedral, Alhambra o realejo..

Nuestra ruta comienza en la placeta Cristo de las azucenas, lugar donde encontraremos la boca del aljibe del rey, junto al Carmen del aljibe del rey, lugar donde tiene su sede la fundación agua Granada. El aljibe del rey, con una capacidad de 300 metros cúbicos, es el más grande de los aljibes construidos. Realizado en el siglo XI para el aprovisionamiento de agua a la Alcazaba Qadima del Albaicín. Este Aljibe había sido alimentado por la acequia de Aynadamar, procedente de fuente grande. Su interior ha sido acondicionado para su visita, así que recomendamos entrar en él y ver sus magníficas bóvedas, así como disfrutar del exterior del Carmen

Dejamos atrás este aljibe para subir por la calle aljibe de la Gitana, donde al lado podemos ver los restos de la muralla de la alcazaba Qadima. En esa calle está situado el Carmen de la muralla, lugar donde estuvo enclavado el aljibe de la gitana. Cuenta las leyendas que María, una mujer que fue acusada de ser de descendencia musulmana por la Santa Inquisición, se enamoró de un joven cristiano que le ayudó a escapar la cárcel y en la huida, él fue alcanzado por una flecha y María, viendo que su amor había muerto, huyo y viendo que le perseguían, se arrojó a un aljibe para esconderse. Por la mañana, una mujer fue a coger agua del aljibe y se encontró un cuerpo sin vida de una mujer.

Atravesando el arco de las pesas, llegamos a una de las plazas más famosas del Albayzin: Plaza Larga. Pero no nos detendremos mucho en este singular rincón, pues seguiremos la ruta descendiendo apenas unos metros de la cuesta de la Alhacaba, buscando la calle Larga de San Cristóbal, donde a nuestra derecha, nos encontraremos el aljibe el colorado, intentando pasar desapercibido entre las viviendas colindantes. Su nombre es dado porque su arco (actualmente desaparecido) era de ladrillo color rojizo.

Continuamos recto la calle larga de san Cristóbal, cruzando la carretera de Murcia, para llegar al aljibe de san Cristóbal. A primera vista, choca la estructura arquitectónica del aljibe en comparación con los ya vistos, pues se encuentra en desnivel, el cual se puede salvar accediendo por una escalera pentagonal. Abajo se puede ver tres estructuras: el aljibe, con arco de herradura, que es surtido por la acequia de Aynadamar; un tomadero cuyo pasadizo va hacia la casa de los Mascarones, (calle pagés); y por otro lado una mina que atraviesa la Iglesia de San Cristóbal, antigua mezquita de la Xarea. En la actualidad se ha restaurado este espacio, hace unos años abandonado y utilizado como vertedero indebido.
Volvemos a cruzar la carretera de Murcia, para entrar en la barriada de san Bartolomé, una iglesia con encantado ya olvidada por los años, aunque su torre sigue anclándose al paisaje del alto Albayzin. En el lateral izquierdo de la iglesia, podemos encontrar el siguiente aljibe: aljibe de San Bartolomé. Antiguamente pertenecía a la despedida mezquita de Burriana, pero una vez construida la iglesia, el aljibe quedó por debajo de la pila bautismal, donde incluso extraían agua de él.


Callejeando por las calles aledañas a la iglesia de san Bartolomé, llegamos hasta la calle de Pagés, donde esta ubicado el Centro educativo Cristo Rey. Subimos la calle San Gregorio Alto, hasta llegar al aljibe de Paso. Se trata de un pequeño aljibe, que cuenta con depósito adjunto a él. Era el único aljibe que no estaba sujeto a los horarios de llenado. Hoy en día, el aljibe esta en estado de abandono, con grafitis y vegetación no deseada, por lo que bien vendría una limpieza de este aljibe.



Continuamos nuestro camino para llegar a la placeta de cruz de piedra, otra plaza típica del Albayzin. En este lugar se encuentra el aljibe de la cruz de Piedra. Surtido de la Acequia de Aynadamar, estaba situado en la mezquita de los conversos. Es uno de los aljibes públicos mas pequeños (17m3). Cabe destacar las tres placas de piedras de sierra Elvira situada en la base de la boca.

Nos internamos en una de las calles insignias del alto Albayzin: la calle de San Luis. Famosa por su iglesia homónima a la calle y que fue presa de un incendio, conservándose hoy en día solo la torre y su estructura. Cerca a esta parroquia, se encuentra el aljibe de San Luis. Su pequeño tamaño (4,5m3) lo hacia útil para decantar los limos del ramal secundario de la acequia de Aynadamar. Este aljibe, junto a las ruinas de la iglesia, conforma un complejo paisajístico muy recurrido por pintores y fotógrafos.



La calle de San Luis nos tiene reservada otra sorpresa. Unos metros a continuación, encontramos el aljibe de Santa Isabel de los Abades. Su nombre fue tomado por la antigua parroquia de Santa Isabel de los Abades, demolida en el siglo XVII. Hoy este aljibe necesita una restauración y limpieza ya que sufre de un aspecto deteriorado.
Unas calles mas abajo, nos espera el aljibe de la vieja. Cuenta una leyenda que María poseía una higuera que le daba unos higos tan sabrosos que los jóvenes los robaban. Para evitar esto, María vendió su alma al diablo a cambio de que sus higos fueren amargos enfermando a las personas que los comía. Cuando murió, los vecinos veían el fantasma de María que salía del aljibe cada noche con forma de lechuza, para convertir sus higos en oro, los cuales los vigilaba atentamente desde una rama. Al amanecer, María volvía al interior del aljibe y sus frutos volvían a ser amargos. Este aljibe queda escondido para ser descubierto por los paseantes que pasean por estas recónditas calles.

Nos dirigimos a continuación a la calle panaderos donde nos espera el Aljibe de Polo. Este aljibe casi pasa desapercibido a simple vista, pues esta enclavado en una placeta en uno de los márgenes de la calle, por lo que si venimos desde plaza larga, es fácil pasárselo de vista pues enfrente tenemos una magnifica portada de la colegiata del salvador. Pero allí se encuentra este pequeño aljibe de 50m3




De vuelta a la calle Pagés, nos adentramos a la cuesta del Chapiz, hasta llegar a la plaza del salvador, considerada la catedral del Albayzin. Allí se encuentra el aljibe de la plaza del salvador. Este surtía de sus aguas a la colegiata del salvador. Cabe destacar su curiosa planta con forma de la letra “L”
Para visitar el siguiente aljibe, tenemos que desviarnos de nuestra ruta hasta ahora circular, pues este aljibe queda alejado del resto. Se trata del aljibe del peso Harina en la plaza del mismo nombre, casi al final de la cuesta del Chapiz. Llama su atención que a diferencia de otros aljibes, este cuenta con dos bocas.

Volvemos a retornar al interior del barrio, subiendo por el carril de san Agustín, cerca del convento de las Tomasas, donde nos espera el aljibe de las Tomasas. Es uno de los más grandes en cuanto capacidad se refiere (154m3). Presenta una alcubilla para controlar la entrada del agua.
El siguiente aljibe vuelve a estar cerca de la colegiata del Salvador, en la placeta del abad. Es el aljibe de bibalbonud o de san Agustín. Este aljibe estaba ubicado donde se encontraba la puerta de los estandartes, de las que hoy se conversa una de sus torres. Tras la restauración de este aljibe, se le acopla un simple pilarillo que refresca a los paseantes que llegan hasta este punto elevado del barrio.

Desde esta plaza, pondremos dirección a uno de los puntos clave del barrio: la plaza de san Nicolás. Allí, eclipsado por las vistas a la Alhambra que nos ofrece su mirador, está el aljibe de San Nicolás. Se trata de un aljibe atípico a todo l visto anteriormente. Es de planta cuadrada y presenta una gran bóveda de cañón, que asemeja a una capilla de estilo barroco, por lo que pensar que este aljibe fue remodelado por manos cristianos en sustitución al antiguo aljibe que coparía esta plaza. Presentaba, al igual que el aljibe de Bibalbonud un pilar, hoy trasladado junto a la Iglesia de San Nicolás.

De nuevo callejeamos unos metros hacia abajo, para encontrarnos con otro de los aljibes insignes del Albayzin. Se trata del aljibe de Trillo. Este aljibe, a diferencia de otros, es de estilo monumental. Está situado en la placeta del aljibe de Trillo, justo bajando la cuesta del mismo nombre, lo que confiere un panorama único, con la iglesia de san Nicolás al fondo. Su nombre deriva del poeta Granadino Juan de Trillo quien vivía en esa misma calle. Este aljibe tuvo en particular una decoración a base de azulejo de cerámica decorando su arco, los cuales hoy se pueden ver algunos de ellos. Por encima de este aljibe, se sitúa un pequeño jardín de una vivienda anexa a él.

Seguimos la calle aljibe de Trillo para desembocar en la calle San José Alta. Acompaña a esta magnifica iglesia un aljibe situado cerca de su torre zirí. Es el aljibe de San José, que servía sus aguas tanto a la mezquita que hubo, denominada de los morabitos, y la actual iglesia de San José.


Subiendo esta calle llegamos a la placeta de San Miguel bajo. Allí, en una esquina dela plaza, escondido, se encuentra el aljibe de San Miguel Bajo. Este aljibe, de 90 m3 de capacidad, esta comunicado con la iglesia, construida sobre la antigua mezquita, donde desemboca en la sala de la pila bautismal. Su portada externa es diferente al resto de los aljibes, destacando sus capiteles de origen romano

Partiendo hacia el sur de esta plaza, se encuentra el aljibe del Zenete. Este aljibe está rodeado de un marco peculiar, ya desde su acceso por unas bonitas escalerillas y con el paisaje de la ciudad rodeándolo. El aljibe recibe el nombre del antiguo barrio del Zenete (falda de montaña). Por desgracia, tras su restauración, hoy se puede ver una situación de abandono, lleno de grafitis y residuos que se acumulan dentro de su “reja”

Nuestro ultimo aljibe queda ya casi al final del Albayzin. El aljibe de San Idelfonso queda justo por detrás del antiguo convento de la merced, cercano a la iglesia de San Idelfonso. Pertenece a un domicilio particular y gracias a la restauración que hizo el ayuntamiento a los aljibes del Albayzin, se pudo recuperar este aljibe, de pequeña capacidad 39m3.
Terminamos nuestra ruta en la plaza del triunfo, junto a la puerta del Elvira. Después de nuestro recorrido que nos ha llevado a conocer la ruta del agua, transitando por el Albayzin alto, por el Albaicín bajo y por su casco histórico, con el sonido de la acequia de Aynadamar sonando por los rincones mas inesperados de este mágico barrio. ..
Aqui os dejo el enlace de la ruta para PDF POR LOS ALJIBES DEL ALBAYZIN